Y escribe Tanilo sobre la CONDESA:
A la mañana siguiente fue encontrada la Condesa. No se sabía si tenía rivales o enemigos, políticamente o personalmente. Tenía un tenedor de ajenjo clavado en la nuca, tal vez algún medico o herborista. Se asegura que le gustaba la natación y que nadaba muy seguido en la playa, lo que podría ser la causa de la muerte.
Dos minutos más tarde, después de haber analizado el cuerpo enteramente, se encontró debajo de ella un papelito manchado de sangre que decía: "Puesto que no te puedes convertir en paloma, bien muerta estas". Esto podría ser una amenaza leída por la condesa justo antes del crimen o escrita después para burlarse de nosotros. Pero era un pedazo de papiro y el mensaje estaba escrito con sangre, se olía. Tal vez un psicópata. Las suposiciones eran numerosas, pero antes de dirigirnos hacia cualquier opción, teníamos que continuar de buscar.
Esas frases... "... no te puedes convertir en paloma...", "... muerta estas...", que quería decir? No sabía si tenía que analizar eso primero o buscar más evidencias. Me habían dado la dirección de esta investigación, y acepté porque, dejando a parte el sueldo, estos crímenes extravagantes, excitantes, absurdos a veces, me interesaban especialmente más que un cuerpo encontrado en un callejón en los suburbios de la capital. Pero estaba empezando a cansarme, porque a cabo de noches enteras buscando evidencias, opciones, preguntándome que podía hacer, por donde tenía que ir o empezar...
Tres meses pasaron sin nada, sólo teníamos algunos sospechosos: es decir los vecinos, la familia... Francis, su hermano y vecino, era una persona sobreprotectora. Habia comprado una casita al lado de la mansión de su hermana. "Siempre tengo que vigilar su alrededor!", esa era su excusa. En la ventana del comedor tenía dos pares de binoculares puestos en posición. "Jamás puedo descansar, tengo que vigilarla!". Cuando le dijimos que el cuerpo se había encontrado ya hacía al menos cuatro meses, nos gritó tan fuerte que hasta los cuervos del patio huyeron volando.
La mansión estaba situada al lado de un bosque, al menos a unos 60 kilómetros de la capital. Era un lugar siniestro, donde la luz casi no entraba en la casa y parecía que el otoño no se quería ir. Sus padres, muertos desde hace mucho tiempo, habían comprado este terreno para mostrar su orgullo. Claudia Von Cluzerhammer, ese era el nombre de la Condesa. Busqué y busqué, y acabé por encontrarles: los Cluzerhammer, una familia de originen germana. Sabastian e Ilda, casados en Francia en 1859, decidieron instalarse al lado de Strasbourg en 1864. Tuve suerte, logré conseguir el diario de Ilda, gentilmente prestado por Francis: "Cuando llegamos, la gente nos acogió amablemente. La gente era muy gentil, y la casa acogedora también. Sólo un un año después tuvimos problemas...". Esa era la primera frase que me daba pistas.
Descubrí que tuvieron problemas con un vecino, un hombre llamado Mathieu, que al parecer tenía problemas mentales. Segun Ilda, Mathieu había empezado a acosarlos y unos meses después de una pelea violenta entre él y Sebastian, fue encontrado su cuerpo en el baño, lleno de sangre. Verifiqué si Mathieu no había tenido algún hijo o alguna hija y lo encontré: Filemón, un hombre que se "fue" después de la muerte de su padre. El informe de la policía decía que no soportaba a los Cluzerhammer y que juró vengarse...
En ese momento entendí. Tal vez Filemón había regresado. Y no era ningún psicópata, herborista o medico. Sólamente un hombre con el único objetivo de vengar su padre...
Todavía no se explicaba el ajenjo o el papiro, ni la sangre. Tal vez las circunstancias de un crimen improvisado y sin ninguna preparación. Filemón había agarrado el ajenjo para llegar corriendo detrás de Claudia y plantárselo en la nuca. Después había escrito una frase sin ningún sentido con su sangre. Locura o enfermedad como su padre? Nunca lo sabré. Filemón fue encontrado en Paris, donde tenía un muro lleno de papeles colgados y clavados, fotos también, de Claudia y Francis. Un asesino que mada más quería vengarse.